Una reunión vergonzosa
Los movimientos políticos del expresidente Juan Manuel Santos confirman que mientras se dan unas manifestaciones pacíficas validas dentro del país, lo que he realmente existe detrás es la estrategia de la Izquierda y los narcoterroristas de las Farc en tomar el poder a través del enaltecimiento de la anarquía.
En las horas de la tarde del día martes, en su exclusiva residencia, el expresidente se reunió varios miembros del comité del Paro, en cabeza de Francisco Maltes, presidente de la CUT. Una vez terminada la reunión, sostuvo que la solución a los problemas del país está en la aplicación del acuerdo de Paz y los 17 objetivos de desarrollo sostenible. Además, con su habitual tono amenazante, advirtió lo que podría pasar si no le cumplimos a los integrantes de las Farc, firmantes de los acuerdos.
Pero, ahí está la propuesta, si no hacemos algo rápido esos enfrentamientos se van a agravar, esos odios se van a acrecentar, el miedo va a crecer y los extremos se fortalecen. Lo que necesitamos es apaciguar los ánimos, encontrar una forma de dialogar, las protestas no se pueden resolver con la fuerza, se resuelven con el diálogo aquí y en cualquier parte del mundo, y a través del diálogo se resuelven los problemas”
Santos, como si pensara que el país olvidó las nefastas consecuencias del mal llamado proceso de paz, aparece como un mediador ante los autodenominados líderes del paro, siguiendo las ordenes de su aliado político de las últimas elecciones, Gustavo Petro, quien no busca que el gobierno cumpla las absurdas solicitudes del Paro Nacional que son fiscalmente inviables, sino que simplemente avance la revolución molecular disipada.
Parece que el ganador del cuestionado Nobel, que en sus días negaba las manifestaciones sociales, ahora es un adalid de las negociones, viniendo a exigir cumplimientos de parte del Estado de un acuerdo de paz del que las Farc no han cumplido prácticamente ningún punto y en el que pide solicitudes directas de sus aliados de izquierda.
La dupla Petro-Santos espera que el gobierno del Presidente Duque ceda en el deseo de implementar la fumigación aérea -indiscutible condición de los narcotraficantes- pues esta afecta sus intereses en la producción base de coca, un negocio bastante rentable para sus intereses políticos.