Necesitamos glifosato y pantalones
Hace un mes registrábamos la vergonzosa noticia de tener sembradas 245 mil hectáreas de coca en el país, de acuerdo con cifras entregadas por la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de EE.UU, que nos demostraba que el sistema de sustitución de cultivos y erradicación manual de coca, es un desastre, que no ha entendido el gobierno del Presidente Iván Duque, quien no logró en tres años, poner en marcha la fumigación aérea con glifosato.
En 2018 el Presidente Duque y su Ministro Guillermo Botero, prometieron la fumigación aérea, luego el exministro Carlos Holmes Trujillo, de igual manera habló de la imperiosa necesidad de combatir la coca desde el aire con avionetas cargadas de glifosato, pero tampoco se hizo realidad la noticia; luego, llegó el doctor Diego Molano, quien nos dijo que para marzo o mayo veríamos avionetas fumigando, y pues tampoco, ya llegamos a agosto y nada.
El caso es que esta falta de decisión en la lucha de manera certera contra el narcotráfico, hoy nos ubica como el principal productor de coca en el mundo. De acuerdo con el más reciente estudio sobre cultivos de coca de la ONU, que debo decir, dista de las cifras de la Casa Blanca en por lo menos 100 mil hectáreas, pues las plantaciones de hoja de coca pasaron de 154.000 hectáreas en 2019 a 143.000 en 2020.
Según se informó en la presentación del estudio, el año pasado, la medición del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) detectó 143.000 hectáreas sembradas con coca en el país, lo que consolida una reducción por varios años. En 2019 se reportaron 154.000 hectáreas, en 2018 eran 169.000 y en 2017 se habían medido 171.000.
Pero en potencial de producción de coca hubo un aumento y en 2020 esa cifra alcanzó 1.228 toneladas, frente al estimado de 2019, que había sido de 1.137 toneladas
El coordinador técnico de SIMCI, explicó otro de los hallazgos respecto al año pasado: donde queda en evidencia que en cuatro departamentos se concentra más del 70 por ciento de la producción total de hoja de coca en el país.
Estos son Nariño, Norte de Santander, Putumayo y Cauca, en donde el tamaño promedio de los lotes de coca está por encima de 1.300 hectáreas. En contraposición, en 8 departamentos se encontró que había menos de mil hectáreas sembradas.
Lo más aterrador del informe y de lo que no dicen ni dirán nada los partidos progresistas y verdes, es que del total del área sembrada con coca, el 29 por ciento se concentró en parques nacionales naturales, tierras de las comunidades negras y resguardos indígenas, y se observó un leve incremento en parques nacionales naturales, mientras que en territorios étnicos hubo reducciones.
En lo que hay plena coincidencia en los informes de la Casa Blanca y la ONU, es que se está produciendo más de mil toneladas métricas de cocaína, que sirve de fuente de financiación de los grupos terroristas que hoy preocupan a Colombia y siguen operando, como es el caso de las FARC en varios grupos ubicados en Colombia y Venezuela, lo mismo que el ELN y otras bandas criminales.
Esperamos que la próxima vez que nos anuncien que habrá fumigación se nos diga el mes y el año de ese evento, que claramente celebraremos y respaldaremos; porque no hay duda, la coca es la gran tragedia de este país.