Bogotá: El reflejo de un desgobierno progresista

Ha sido noticia en las últimas horas la alcaldesa Claudia López, y no precisamente por los aciertos de su administración, sino por sus declaraciones en Twitter -rampantes y politiqueras como es habitual- en respuesta a uno de los empresarios más importantes del país. Mario Hernández, el empresario del cuero que ha sido ejemplo de éxito para la industria y que ha construido una marca de relevancia mundial, cuestionó en sus redes sociales el gobierno distrital por el mal estado de la malla vial en toda la capital.

Colérica, y con el populismo que la caracteriza, le respondió al empresario que los impuestos de la ciudad se han utilizado para el rescate social y una supuesta renta básica para los hogares que cayeron en la pobreza, y que los rines de lujo de su carro podrían esperar. No es posible que la desconexión con la ciudad la lleve a ataques personales en busca de defender una gestión que la ciudadanía desconoce.

En primer lugar, olvida la alcaldesa que la malla vial es para todos los ciudadanos, y que aunque los carros de lujo de la clase alta se ve afectada -a pesar de que son quienes más contribuyen con sus impuestos a su mantenimiento-, también los buses, el sistema de transporte público, los taxis de ciudadanos que viven de ellos y las motocicletas -muchas de ellas fuente del sustento de las clases menos favorecidas- sufren no solo el desgaste de unas vías destruidas, sino el riesgo constante de perder la vida a causa de un accidente de tránsito al evitar, los cada vez más abundantes huecos de las calles bogotanas. Olvida la alcaldesa, que no toda la ciudadanía cuenta con los esquemas de camionetas blindadas y conductores con los que ella realiza sus desplazamientos.

En una oportunidad histórica que presentó la pandemia durante el año 2020, en la que Bogotá pudo realizar un serio avance en su retraso de décadas frente a la calidad de sus vías, ya que, con una ciudad encerrada y unos niveles de desempleo por las nubes, los esfuerzos presupuestales pudieron ejecutarse con un menor flujo de vehículos en la capital -situación extrañísima- lo que habría permitido un adelanto en el mantenimiento y la generación de un importante número de empleos.
Por supuesto, nada de esto pasó, y la contratación de la alcaldía se ha centrado en cargos que puedan traer réditos políticos para la burgomaestre y su esposa, la senadora Angelica Lozano.

Lo peor, es que los supuesta renta básica a la que se refiere no parece llegar a la ciudadanía, que además de tener que enfrentar día a día la terrible situación de inseguridad y que debe poner en riesgo su vida para salir de a buscar el sustento diario, suele encontrarse con que el sistema de transporte masivo presenta intermitencias, estaciones destruidas o simplemente cancelación del servicio gracias a la permisividad de la alcaldía distrital con las manifestaciones que sistemáticamente lo atacan, dejándole por delante al ciudadano de a pie horas y horas de caminatas para el regreso a sus hogares. Pareciera una estrategia para que, caminando, los ciudadanos no terminen de desgastar lo poco que queda de la infraestructura vial de la capital de la república.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *