Noche de terror en Tuluá
En la tarde del martes 25 de Mayo y en medio de una oleada de actos terroristas en contra de la fuerza pública y algunas dependencias administrativas del municipio, Tuluá sufrió una noche de terror._
No es posible que se siga hablando de protesta social o de manifestaciones pacíficas. Lo que vivió ayer “el corazón del valle” no es más que el producto de una serie de actos premeditados, en los que se buscaba atacar el palacio de justicia de la ciudad -mientras impedían las labores de el cuerpo de bomberos- con el interés de que los expedientes que allí reposan terminaran reducidos a cenizas. Duro y triste titular, que el país ya había leído en el año 1985, por los ataques perpetrados por el M19. Está vez, por lo menos no atentaron contra los funcionarios públicos.
Mientras la bellísima joya arquitectónica de la ciudad ardía, los “manifestantes” impedían el transito de los camiones de Bomberos para que atendieran la situación, lo que generó pánico en la población civil y aumentó las perdidas materiales de los diversos hechos presentados en la ciudad de manera simultánea. Además del Palacio de Justicia, los vándalos atacaron la alcaldía municipal, varios locales comerciales, entidades bancarias y demás edificaciones que se vieron afectadas con perdidas millonarias.
Los hechos, se presentaron después de que las autoridades lograron que se desbloqueara la salida norte y sur del municipio, lo que estaba afectando las actividades y el abastecimiento de todos los habitantes, sobre el puente de Las Mariposas y el puente de La Terminal de Transporte. Una vez se levantaron los bloqueos, y como represaría, los manifestantes se trasladaron a los puntos afectados con la intención de aumentar la tensión dentro del municipio.
Lejos de parecer un movimiento espontaneo de ciudadanos, estos hechos responden a una clara estrategia coordinada. No conoce el país bajo que ordenes y con que recursos, aunque cada vez es más fácil suponerlo. Existen audios y comienzan las investigaciones que denotan que los actos responden a un macabro plan para generar terror y golpear aún más la maltrecha economía colombiana en tiempos de pandemia.
El Consejo Superior de la Judicatura se pronunció ante estos graves hechos que vive el país:
_“La puesta en peligro de vida e integridad de servidores de despachos judiciales. ¡Los actos violentos deben cesar! La prioridad es la vida y la justicia, garante de derechos fundamentales de los ciudadanos” ““Actos violentos como el sucedido en Palacio de Justicia de Tuluá ya ha ocurrido en otras sedes judiciales. La destrucción de expedientes no puede ser un fin, pues obstaculiza el propósito de construir una sociedad más justa”._
El comando de la Policía de Tuluá confirmó que 20 personas adultas y dos menores de edad fueron detenidos como medida preventiva mientras se restablecían las condiciones de seguridad del municipio. El departamento de Policía del Valle del Cauca invito a que la ciudadanía denunciara y diera información sobre los responsables de los hechos vandálicos.